ORIGEN DEL OLIVO
Los datos que
permiten establecer el origen y los primeros centros de difusión del olivo no
son muy claros y aparecen muchas veces como contradictorios, dice el técnico e
investigador olivícola Dante Floreal Mársico en su obra OLIVICULTURA Y
ELAYOTECNIA. Mientras existen documentos tradicionales que señalan como centro
de origen el Asia Menor o bien el altiplano del Irán, numerosas leyendas
conocidas hacen aparecer al olivo por primera vez en Etiopía -que es también la
cuna del café-. Nubia, Egipto, etc.
En un interesante
trabajo de carácter histórico se indica que con anterioridad al año mil A.C.,
había olivares en la región semítica, y especialmente en Palestina y Siria,
ocupando un lugar destacado en la
economía de ambos países. El olivo se ha encontrado presente en las numerosas
peregrinaciones del pueblo de Israel y fue llevado en las emigraciones que
efectuaron los Fenicios y Egipcios hacia el Mediterráneo oriental y occidental,
lo que favoreció su difusión especialmente en el norte de África. Se cree
posible que sean los fenicios y cartagineses los responsables de la
implantación del olivo en España.
Sea una cosa u
otra, la teoría cierta sobre el origen y difusión del olivo en el área
mediterránea, lo que al parecer puede expresarse con mayor seguridad es el
hecho que no proviene de un centro único de origen, sino que al parecer
existieron varios que pudieron hallarse más o menos distantes entre sí.
De donde se deduce
que el origen mediterráneo del olivo carece de base cierta y que el carácter
mediterráneo que se le atribuye no es, por tanto, un concepto estricto. La
dispersión de esta planta la han hecho familiar a los pueblos continentales
latitudinal mente disímil es.
La vid, el
naranjo, el limonero, el pero, el ciruelo, el manzano, el durazno, el
membrillero, el banano y la higuera tienen su origen, según lo afirma Támaro en
su obra FRUTICULTURA, en la misma zona templada que varios investigadores
señalan como cuna del olivo, zona comprendida desde los
250 hasta los 540.
La latitud Norte. Sin embargo, todos sabemos que esos frutales prodigan
abundantes cosechas de exquisitos frutos en nuestro país, las más de las veces
sin el menor cultivo.
Por otra parte los viejos conceptos del reparto de la vegetación por zonas
naturales, igual que otros muchos conceptos científicos considerados como in
modificables, han sido trastornados por el hombre.
Tómese como ejemplo el del maíz, que teniendo su medio óptimo en el
"Combelt" norteamericano, se produce en todos los países del mundo
cada día con mayores rendimientos y mejores calidades a medida que van lográndose los resultados
asombrosos de las investigaciones técnicas.
Este mismo método de investigación es el que se emplea con la papa, el
trigo, la cebada, etc, y el que cabe emplear con el olivo una vez que haya el
material abundante en plantaciones en las distintas zonas del país.
La experimentación a base de la aplicación de las oscilaciones térmicas y
de las influencias que ejercen alturas y longitudes geográficas tiene la
limitación de las reservas que implican el ser conceptos empíricos que no han
recibido el respaldo técnico.
El olivo requiere clima templado y constante -dice Támaro en su obra
FRUTICULTURA, pág. 665-; sufre mucho con los cambios rápidos de temperatura.
Prefiere la proximidad de los lagos y de los mares porque estas cuencas dan
mayor constancia a dicha temperatura.

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